El proceso terapéutico como autorrevelación

Hace falta valentía, compromiso y entrega para llegar al final del proceso con una personalidad renovada. Lo crucial eres tú.

Que puedas recuperar el contacto con tu voz, la confianza en tu intuición, el coraje de vivir bajo tus propios términos. Remaré contigo, pero tú llevarás el timón. Si superas los embates, los vaivenes y las pérdidas inevitables en todo viaje interior, llegarás a puerto: a encontrarte con quien eres en realidad. Durante la travesía dejarás ir estrategias obsoletas, ilusiones vanas y una carga innecesaria.

Descubrirás tus dones olvidados, tus talentos ocultos y otros aspectos desconocidos de tu persona.

Elementos clave en mi

propuesta psicoterapéutica

Gestalt

La vida es un devenir de formas, o gestalts, que buscan completarse.

Arte

Hacer arte hasta desaparecer, para descubrir lo inesperado.

Cuerpo

Es el templo del Ser, ¿en qué otro lugar se puede estar?

Vínculo

Cariño, reconocimiento y respeto son los ingredientes del encuentro vincular.

Sueños

Constituyen tu brújula interna, son los mensajeros del Alma.

Creatividad

Ver lo invisible, completar lo incompleto e inventar nuevas maneras.

¿Viajas conmigo?

En un encuadre gestáltico anclado en el darse cuenta, la presencia y la toma de responsabilidad, nos centraremos en el cuerpo por ser el único lugar en el que podemos existir.

Prestaremos atención a lo inconsciente a través del trabajo con el lenguaje, los sueños, las fantasías y todo aquello que representa nuestro mundo interno.

La escritura, la danza y el teatro serán herramientas predilectas para abordar estos contenidos, darles forma concreta y un sentido posible.

Así, podremos reorganizar nuestras experiencias, por incómodas o dolorosas que sean, sostenidos por un vínculo respetuoso.

Nos entregaremos al asombroso juego de la creatividad, una competencia existencial que resulta de la relación dinámica entre discapacidades y capacidades.

Discapaces en paz

La discapacidad es un fenómeno generalizado, global y dinámico. Todos somos incapaces en algún momento.

A veces no podemos ver al otro, no logramos amar, gozar la vida o disfrutar del instante. No conseguimos parar de trabajar o de consumir. Algunos no oímos, no sentimos, no comprendemos. No sabemos tocar o dejarnos tocar. Sin embargo, todas las discapacidades traen aparejadas otras capacidades. Y a veces, el que es incapaz de sentir resulta ser un genio del análisis, y el incapaz de caminar es capaz de sembrar sonrisas.

Sea cual sea tu discapacidad, mereces vivir en paz.

© Lorena Ros

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